Al día de hoy y cada día más he aprendido y sigo aprendiendo lo que verdaderamente significa el temor a Dios. El Señor, en su gracia y misericordia, ha querido tomarse su tiempo conmigo para que sus enseñanzas en mi vida queden impregnadas de un modo más profundo y amplio. Le doy las gracias por eso. Esa es la razón por la cual he decidido hacer todo mi esfuerzo por vivir para él, por crecer espiritualmente y no permitir que el mundo y las acciones de los demás me provoquen a transitar por un terreno en el cual se ausente la gracia y misericordia de Dios . Entiendo que Dios me ha dado tantas cosas, que no encuentro ninguna manera posible de agradecerle ni de corresponder con su amor y bendiciones. Todo lo que puedo hacer es intentar cumplir sus ordenanzas y mandatos, lo cual nunca ha sido una tarea sencilla para mí, ya que en la vida me acostumbré a creer que todas las cosas las hacía por mis agallas, esfuerzo, esmero y dedicación… por mi entrega… sin saber ni ser consciente de que todo lo hacía él por mí. Sin embargo, también entiendo que él quiso que fuera así, porque hoy valoro más cada cosa que el me da. De adolescente me preguntaba: "¿Por qué habría yo de temer a Dios, si él es un Padre tan amoroso?". Invertí muchas horas, días y noches, durante años, intentando descifrar por cuál razón debía temer a Jehová. Lo que me enseñaban en la iglesia desde niño me hacía creer que Dios era un ser individual. Me tomó tiempo comprender que sencillamente, Dios es todo lo que existe, la vida es Dios, y por consiguiente, eso que la humanidad llama "temor a Jehová", es la obediencia a las leyes del Orden Divino que el Creador ha dejado establecido para nosotros sus hijos y para toda la creación… la ley de la vida. Si hacemos las cosas del modo correcto, es decir, orientamos nuestras acciones, pensamientos, palabras y tiempo de reflexión y meditación, hacia las cosas que nos aportan y nos hacen crecer, entonces, creceremos espiritualmente y la vida obrará a nuestro favor; por el contrario, si hacemos todo lo opuesto, y actuamos en desobediencia y rebeldía, entonces obtendremos perjuicios permanentes y crecientes. El temor que nos mantiene alertas para no salirnos de la raya que divide el bien y el mal… ese temor santo es el temor a Jehová. Tienes libre albedrío… decide cómo quieres vivir, pero, recuerda que tú has elegido ese camino. Dios te ama y quiere que todo te salga bien en la vida… tenlo presente.
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