viernes, 4 de abril de 2014

Proverbios 29.

29 1 El hombre que al ser reprendido endurece la cerviz,
de repente será quebrantado,
y para él no habrá remedio.
2 Cuando los justos aumentan,
el pueblo se alegra;
pero cuando gobierna el impío,
el pueblo gime.
3 El hombre que ama la sabiduría alegra a su padre,
pero el que se junta con prostitutas malgasta sus bienes.
4 El rey con la justicia da estabilidad al país,
pero el que lo abruma con impuestos lo destruye.
5 El hombre que lisonjea a su prójimo
le tiende red ante sus pasos.
6 El hombre malo cae en la trampa de su propia transgresión,
pero el justo cantará y se alegrará.
7 El justo se preocupa por la causa de los más necesitados,
pero el impío no entiende tal preocupación.
8 Los burladores agitan la ciudad,
pero los sabios aplacan la ira.
9 Si el sabio pleitea con el necio,
aunque se enoje o se ría, no tendrá reposo.
10 Los hombres sanguinarios aborrecen al íntegro,
pero los rectos buscan su bien.
11 El necio da rienda suelta a toda su ira,
pero el sabio conteniéndose la apacigua.
12 Si el gobernante atiende a palabras mentirosas,
todos sus servidores serán unos impíos.
13 El pobre y el opresor tienen esto en común:
A ambos Jehovah les alumbra los ojos.
14 El rey que juzga a los pobres según la verdad
afirma su trono para siempre.
15 La vara y la corrección dan sabiduría,
pero el muchacho dejado por su cuenta avergüenza a su madre.
16 Cuando abundan los impíos,
abunda la transgresión;
pero los justos verán la ruina de ellos.
17 Corrige a tu hijo, y te dará reposo;
él dará satisfacciones a tu alma.
18 Donde no hay visión, el pueblo se desenfrena;
pero el que guarda la ley es bienaventurado.
19 El siervo no se corrige sólo con palabras;
porque entiende, pero no hace caso.
20 ¿Has visto a un hombre apresurado en sus palabras?
Más esperanza hay del necio que de él.
21 El que mima a su siervo desde la niñez,
a la postre, éste será su heredero.
22 El hombre iracundo suscita contiendas,
y el furioso comete muchas transgresiones.
23 La soberbia del hombre lo abate,
pero al humilde de espíritu le sustenta la honra.
24 El cómplice del ladrón aborrece su vida;
aunque oiga las maldiciones, no lo denunciará.
25 El temor al hombre pone trampas,
pero el que confía en Jehovah estará a salvo.
26 Muchos buscan el favor del gobernante,
pero de Jehovah proviene el derecho de cada uno.
27 Abominación es a los justos el hombre inicuo,
y el de caminos rectos es abominación al impío.
Reina-Valera Actualizada, 1989.

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