miércoles, 9 de abril de 2014

Salmo 105.

Dios en la historia de Israel

105 1 ¡Dad gracias a Jehovah!
¡Invocad su nombre!
Dad a conocer entre los pueblos sus hazañas.
2 Cantadle, cantadle salmos;
hablad de todas sus maravillas.
3 Gloriaos en su santo nombre;
alégrese el corazón de los que buscan a Jehovah.
4 Buscad a Jehovah y su poder;
buscad continuamente su rostro.
5 Acordaos de las maravillas que ha hecho,
de sus prodigios y de los juicios de su boca,
6 oh vosotros, descendientes de Abraham, su siervo;
hijos de Jacob, sus escogidos.

7 El es Jehovah, nuestro Dios;
en toda la tierra están sus juicios.
8 Se acordó para siempre de su pacto
-de la palabra que mandó para mil generaciones-,
9 el cual hizo con Abraham;
y de su juramento a Isaac.
10 Lo confirmó a Jacob por estatuto,
como pacto sempiterno a Israel,
11 diciendo: "A ti daré la tierra de Canaán;
como la porción que poseeréis."

12 Cuando eran pocos en número,
muy pocos y forasteros en ella;
13 cuando andaban de nación en nación,
y de un reino a otro pueblo,
14 no permitió que nadie los oprimiese;
más bien, por causa de ellos castigó a reyes.
15 Dijo: "¡No toquéis a mis ungidos,
ni hagáis mal a mis profetas!"

16 Cuando trajo hambre sobre la tierra
y cortó todo el sustento de pan,
17 ya había enviado delante de ellos a un hombre,
a José, que fue vendido como esclavo.
18 Afligieron con grilletes sus pies,
y a su cuello pusieron cadena de hierro,
19 hasta que se cumplió su palabra,
y el dicho de Jehovah lo aprobó.
20 Entonces el rey mandó que lo soltaran;
el soberano de los pueblos lo desató.
21 Lo puso como señor de su casa
y como gobernador de toda su posesión,
22 para que disciplinara a su gusto a los grandes
y a sus ancianos enseñara sabiduría.

23 Después entró Israel en Egipto,
y Jacob fue extranjero en la tierra de Cam.
24 Dios hizo que su pueblo fuera muy fecundo,
y lo hizo más fuerte que sus enemigos.
25 Cambió el corazón de éstos,
para que aborreciesen a su pueblo,
para que contra sus siervos actuaran con engaño.

26 Envió a su siervo Moisés,
y a Aarón, al cual escogió.
27 Puso en ellos las palabras de sus señales,
y sus prodigios en la tierra de Cam.
28 Envió tinieblas y trajo oscuridad,
pero no guardaron sus palabras.
29 Convirtió sus aguas en sangre
y mató sus peces.
30 Su tierra produjo ranas
hasta en las habitaciones de sus reyes.
31 Habló, y llegaron enjambres de moscas
y piojos en todo su territorio.
32 Convirtió sus lluvias en granizo
y en llamas de fuego, en su tierra.
33 Dañó sus viñas y sus higueras
y quebró los árboles de su territorio.
34 Habló, y vinieron langostas,
y pulgón sin número.
35 Comieron toda la hierba de su país
y devoraron el pasto de su tierra.
36 Golpeó, además, a todos los primogénitos de su país,
las primicias de todo su vigor.
37 Los sacó con plata y oro;
no hubo entre sus tribus enfermo.
38 Egipto se alegró de que salieran,
porque su terror había caído sobre ellos.

39 Extendió una nube por cortina,
y fuego para alumbrar de noche.
40 Pidieron, e hizo venir codornices,
y los sació con pan del cielo.
41 Abrió la peña, y fluyeron aguas;
corrieron por los sequedales como río.
42 Porque se acordó de su santa promesa
dada a su siervo Abraham.

43 Así sacó a su pueblo con gozo;
con júbilo sacó a sus escogidos.
44 Les dio las tierras de las naciones,
y heredaron el fruto de las labores de ellas,
45 para que guardasen sus estatutos
y observasen sus leyes.
¡Aleluya!

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