lunes, 7 de abril de 2014

Salmo 132.

Sion, la morada elegida

132 (Canto de ascenso gradual)
1 Acuérdate, oh Jehovah,
de David y de toda su aflicción,
2 de cómo juró a Jehovah
y prometió al Fuerte de Jacob, diciendo:
3 "No entraré en mi morada,
ni subiré a mi cama.
4 No daré sueño a mis ojos,
ni a mis párpados sopor,
5 hasta que halle un lugar para Jehovah,
una morada para el Fuerte de Jacob."
6 He aquí, en Efrata oímos de ella,
y la encontramos en los campos de Yaar:
7 "Entremos en su tabernáculo;
postrémonos ante el estrado de sus pies."
8 Levántate, oh Jehovah;
ven al lugar de tu reposo;
tú y el arca de tu poder.
9 Tus sacerdotes sean revestidos de justicia,
y tus fieles canten de júbilo.
10 Por causa de tu siervo David,
no rechaces el rostro de tu ungido.
11 Con verdad juró Jehovah a David,
y no se apartará de ello:
"Del fruto de tu cuerpo
pondré sobre tu trono.
12 Si tus hijos guardan mi pacto
y este testimonio que yo les enseño,
sus hijos también se sentarán
en tu trono para siempre."
13 Porque Jehovah ha elegido a Sion
y la ha deseado como morada suya:
14 "Este es mi lugar de reposo para siempre.
Aquí habitaré, porque lo he deseado.
15 Lo bendeciré con abundante provisión;
a sus necesitados saciaré de pan.
16 Asimismo, vestiré de salvación a sus sacerdotes,
y sus fieles darán voces de júbilo.
17 Allí haré surgir el poderío de David;
he preparado una lámpara para mi ungido.
18 A sus enemigos vestiré de vergüenza,
pero sobre él resplandecerá su corona".

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