domingo, 6 de abril de 2014

Salmo 141.

Oración ante la seducción del mal

141 (Salmo de David)
1 Oh Jehovah, a ti clamo;
acude pronto a mí.
Escucha mi voz cuando te invoco.
2 Sea constante mi oración delante de ti, como el incienso;
mis manos alzadas,
como el sacrificio del atardecer.
3 Pon, oh Jehovah, guardia a mi boca;
guarda la puerta de mis labios.
4 No dejes que mi corazón se incline a cosa mala,
para hacer obras perversas
con los hombres que obran iniquidad.
No coma yo de sus manjares.
5 Que el justo me castigue y me reprenda será un favor.
Pero que el aceite del impío no embellezca mi cabeza,
pues mi oración será continuamente contra sus maldades.
6 Sean derribados sus jueces en lugares peñascosos,
y oigan mis palabras, que son agradables.
7 Como cuando se ara y se rompe la tierra,
así son esparcidos nuestros huesos en la boca del Seol.
8 Por eso, oh Señor Jehovah,
hacia ti miran mis ojos.
En ti me refugio; no expongas mi vida.
9 Guárdame de los lazos que me han tendido,
y de las trampas de los que obran iniquidad.
10 Caigan juntos los impíos en sus propias redes,
mientras yo paso a salvo.

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