Los estados de ánimo de las
personas influyen directamente en la forma en que estas ven y viven la vida. Si
una persona está usualmente feliz, también verá las cosas bellas y hermosas de
la vida que le rodean y que por lo general son gratuitas. Esta persona se dará
cuenta que la mayoría de las personas a su alrededor también exhiben una
sonrisa similar a la que su rostro muestra al mundo. Lo que quizás nunca sepa es
cuantas de esas sonrisas que puede ver en otros han sido provocadas,
contagiadas e influenciadas por su propia sonrisa. Sí, es que el estado de
ánimo de una persona puede tener una influencia importante en todas y cada una
de las personas que le rodean. Incluso una persona que no esté acostumbrada a sonreír
frecuentemente, al ver la sonrisa en el rostro de una persona feliz, identifica
esa sonrisa como algo conocido, como algo que trae alegría a su alma y
satisfacción a su mente, porque terminará asociándolo con las cosas que a él o
ella le hacen sonreír. Entonces, aunque no se ría inmediatamente, es muy
probable que termine riéndose a solas o que cada vez que vea a esa persona
risueña le llegue a la memoria el mismo grato recuerdo de alegría y
satisfacción, la misma sensación de gozo inexplicable que solamente otorga la
gratitud de contar con tantas cosas gratuitas en la vida y que a veces algunos desaprovechan
sumergiéndose en pensamientos vanos.
El capítulo 4 del libro de
filipenses, nos muestra en los versículos del 4 al 7, que con el simple hecho
de mantenernos gozosos y en armonía en la paz de nuestro creador, sin permitir
que los afanes arruinen nuestro día, y presentando ante él todas nuestras peticiones,
es suficiente para que el Dios Altísimo tome en sus manos nuestros corazones y
nuestras mentes. ¿No es maravilloso? Saber que Dios nos cuida de tal manera
simplemente porque nos regocijamos en él, porque conservamos nuestra amabilidad
para con los demás, porque nos mantenemos llenos de gozo, porque somos felices
a pesar de las circunstancias. Sí, esto es algo maravilloso.
En este día, regocíjate en el
Señor, mantén una sonrisa en tu rostro y siéntente bien contigo mismo. Recuerda
siempre que el Señor escuchará todas tus peticiones y te guardará de lo
negativo y de lo que no te conviene. Quien todavía no conoce a Dios podrá decir
que una sonrisa no solucionará sus problemas económicos y de salud, pero me
alegra decirle que esa persona está equivocada. La salud mejora cuando tenemos
una buena actitud, y si nos sentimos bien con nosotros mismos, nuestra mente
funcionará mejor y sabremos encontrar alternativas viables para todos nuestros
problemas con mayor facilidad. Si esa persona prueba el inmenso poder de
mantener una buena actitud pronto entenderá que la creación le ha concedido ese
maravilloso poder de manera gratuita.
Podría escribirte un millón de razones por las cuales te conviene
mantenerte gozoso, sonriente, con una actitud positiva ante la vida, pero
quiero que seas tú quien medite sobre las cosas que aquí he compartido contigo.
Quiero que las pongas a prueba, que cada día sonrías y te regocijes en todas
las cosas de la creación. Te prometo que verás excelentes resultados, te lo
aseguro porque lo he comprobado, lo he vivido, y a través de muchísimos años este
ha sido el motor que ha impulsado mi vida. Así que hoy, mañana y siempre, regálate
una sonrisa y luego compártela con los demás, te lo agradecerás infinitamente.
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