En ocasiones les tomamos afecto a
las personas equivocadas. Incluso, es probable que terminemos depositando
nuestra confianza en dichas personas, simplemente porque les tenemos afecto. Lo
cierto es que no nos conviene tomar tan a la ligera el tipo de compañía que
introducimos a nuestras vidas. Por el contrario, debemos amarnos a nosotros
mismos de tal manera que una de las primeras medidas que tomemos debe ser el
cuidar nuestra integridad física, mental y espiritual. Las personas en nuestro
entorno, queramos o no, tienen influencia sobre lo que pensamos, lo que
hablamos, lo que hacemos y hasta en las decisiones que tomamos. Entonces, es
conveniente tener una especie de escáner con el cual escudriñar las acciones y
palabras de nuestros allegados. Hay personas expertas en fingir y demostrar lo
que no son, pero si prestamos atención al discurso de cada persona con la cual
hablamos, nos daremos cuenta de lo que tiene en su corazón. Sí, de lo que la
boca habla el corazón está lleno (Mateo 12:34; Lucas 6:45), lo dice la Biblia,
es sólo cuestión de prestar atención. Tarde o temprano la boca revelará la
intención del corazón, eso es inevitable. Así que presta atención a toda
conversación que sostengas con los que te rodean.Otro aspecto importante son las
acciones de la gente. Por sus frutos los conoceréis (Mateo 7:15-20; Lucas
6:43-44), también lo dice la escritura, y esa es una verdad tan clara y
sencilla como la anterior. Todos los seres humanos acostumbramos a dedicar
tiempo a las cosas que nos agradan, la palabra costumbre es la clave en este
asunto. Son esetipo de cosas que muchos hacen de manera automática y sin
pensar. Entonces, una persona que todo el tiempo está buscando la manera de
perjudicar a otros, tarde o temprano también buscará la forma de perjudicarte a
ti. El que roba a otros un día intentará robarte, el que maltrata a otros en cualquier
momento intentará maltratarte. En la otra cara de la moneda está la gente
siempre dispuesta a apoyar las buenas causas, a aportar cosas positivas, a
ayudar a los demás.
Lo más conveniente es que tomemos
la decisión sabia de pasar tiempo con personas de provecho, gente que piense
sana y positivamente y así lo exprese en las cosas que habla; gente dispuesta a
hacer las cosas de manera diáfana y sin perjudicar a los demás, ese tipo de
gente tiene un corazón tranquilo y limpio, sus intenciones son claras. No te
hagas de la vista gorda, tampoco te estoy diciendo que te conviertas en juez de
todos, simplemente te digo que cuides tu vida evitando tener cerca a personas
dañinas y buscando dedicar tu tiempo al cultivo de las cosas sanas y positivas
que brindarán calidad a tu vida.
Una última cosa. Procura no ser tú quien habla de manera negativa e
inapropiada, maldiciendo, hablando mal de otros, sembrando discordia o hiriendo
a otros con tus palabras; procura no ser tú quien desconsidere a los demás con
tus acciones, molestando a tus vecinos con música ruidosa, dejando sucio el
entorno de tu casa, engañando y robando cada vez que haces un negocio, etc. Sí,
procura vigilar primero las cosas que tú mismo haces y dices, ese es el primer
paso para que te conviertas en un experto en atesorar las buenas compañías.
Comienza contigo mismo y conviértete en tu amigo de confianza, verás que es más
fácil identificar las cosas positivas en los demás y andar con buena compañía.
Sí, mira la viga de tu ojo antes de fijarte en la paja del ojo de tu vecino (Mateo
7:3-5; Lucas 6:41-42). Que tengas un buen día y que el Señor ilumine tus
pensamientos.
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