lunes, 7 de julio de 2014

Atesorando buenas compañías.

En ocasiones les tomamos afecto a las personas equivocadas. Incluso, es probable que terminemos depositando nuestra confianza en dichas personas, simplemente porque les tenemos afecto. Lo cierto es que no nos conviene tomar tan a la ligera el tipo de compañía que introducimos a nuestras vidas. Por el contrario, debemos amarnos a nosotros mismos de tal manera que una de las primeras medidas que tomemos debe ser el cuidar nuestra integridad física, mental y espiritual. Las personas en nuestro entorno, queramos o no, tienen influencia sobre lo que pensamos, lo que hablamos, lo que hacemos y hasta en las decisiones que tomamos. Entonces, es conveniente tener una especie de escáner con el cual escudriñar las acciones y palabras de nuestros allegados. Hay personas expertas en fingir y demostrar lo que no son, pero si prestamos atención al discurso de cada persona con la cual hablamos, nos daremos cuenta de lo que tiene en su corazón. Sí, de lo que la boca habla el corazón está lleno (Mateo 12:34; Lucas 6:45), lo dice la Biblia, es sólo cuestión de prestar atención. Tarde o temprano la boca revelará la intención del corazón, eso es inevitable. Así que presta atención a toda conversación que sostengas con los que te rodean.Otro aspecto importante son las acciones de la gente. Por sus frutos los conoceréis (Mateo 7:15-20; Lucas 6:43-44), también lo dice la escritura, y esa es una verdad tan clara y sencilla como la anterior. Todos los seres humanos acostumbramos a dedicar tiempo a las cosas que nos agradan, la palabra costumbre es la clave en este asunto. Son esetipo de cosas que muchos hacen de manera automática y sin pensar. Entonces, una persona que todo el tiempo está buscando la manera de perjudicar a otros, tarde o temprano también buscará la forma de perjudicarte a ti. El que roba a otros un día intentará robarte, el que maltrata a otros en cualquier momento intentará maltratarte. En la otra cara de la moneda está la gente siempre dispuesta a apoyar las buenas causas, a aportar cosas positivas, a ayudar a los demás.
Lo más conveniente es que tomemos la decisión sabia de pasar tiempo con personas de provecho, gente que piense sana y positivamente y así lo exprese en las cosas que habla; gente dispuesta a hacer las cosas de manera diáfana y sin perjudicar a los demás, ese tipo de gente tiene un corazón tranquilo y limpio, sus intenciones son claras. No te hagas de la vista gorda, tampoco te estoy diciendo que te conviertas en juez de todos, simplemente te digo que cuides tu vida evitando tener cerca a personas dañinas y buscando dedicar tu tiempo al cultivo de las cosas sanas y positivas que brindarán calidad a tu vida.
Una última cosa. Procura no ser tú quien habla de manera negativa e inapropiada, maldiciendo, hablando mal de otros, sembrando discordia o hiriendo a otros con tus palabras; procura no ser tú quien desconsidere a los demás con tus acciones, molestando a tus vecinos con música ruidosa, dejando sucio el entorno de tu casa, engañando y robando cada vez que haces un negocio, etc. Sí, procura vigilar primero las cosas que tú mismo haces y dices, ese es el primer paso para que te conviertas en un experto en atesorar las buenas compañías. Comienza contigo mismo y conviértete en tu amigo de confianza, verás que es más fácil identificar las cosas positivas en los demás y andar con buena compañía. Sí, mira la viga de tu ojo antes de fijarte en la paja del ojo de tu vecino (Mateo 7:3-5; Lucas 6:41-42). Que tengas un buen día y que el Señor ilumine tus pensamientos.

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