sábado, 18 de octubre de 2014

La verdadera iglesia de Cristo.

Las cosas de la Tierra, de la Tierra son. Lo espiritual no pertenece al mundo material. Lo que sucede en un plano se refleja en el otro, pero lo espiritual es superior al plano material. Esto no lo entendieron los fariseos y siguen sin entenderlo muchos cristianos de este tiempo. Los fariseos tenían puesta una condición en sus mentes con la cual creían poder reconocer al Cristo. Ellos pensaban que el Mesías tenía que ser hijo de David y haber nacido en Belén (Juan 7:42), pues así lo dicen las escrituras. Tan encerrados estaban en ese pensamiento que al ver a Jesús, hijo de un carpintero de Galilea, inmediatamente descartaron que este pudiera ser el Mesías esperado. Lo irónico de este asunto es que ellos, los fariseos, tenían en gran parte el control del pueblo judío. No les hubiera resultado difícil indagar entre sus registros que José, esposo de María, a quien ellos reconocían como padre de Jesús, procedía de la tribu de Judá, descendiente directo de David (Mateo 1:16, Lucas 3:23-33); habrían podido indagar sin dificultad que Jesús nació en Belén, porque allí se dirigieron sus padres con motivo del censo al que fueron sometidos los judíos en el tiempo del nacimiento de Jesús. Pero no lo hicieron. No aparece en los evangelios una sola evidencia de que los fariseos hubieran investigado el origen del nacimiento de Jesús, aunque fuera sólo para demostrar con pruebas claras que ese carpintero no podía ser el Mesías. Ellos estaban muy encerrados en lo material, en sus creencias terrenales, no se interesaban en consultar al Espíritu de Dios, no mostraban ningún tipo de interés en lo espiritual. Solamente querían conservar el poder que tenían sobre el plano material, sobre el pueblo judío, sobre la gente a quienes su doctrina manejaba a su antojo.
En el libro de Mateo, capítulo 19, versos del 41 al 46, vemos como Jesús les pregunta a los fariseos acerca de si ellos sabían de quien era hijo el Cristo. Los fariseos respondieron que el Cristo era hijo de David. Entonces Jesús les preguntó como era que David lo llamaba Señor en el Espíritu, y les motivaba a pensar sobre como podía ser que el Cristo era hijo de David si este lo llamaba Señor. En el plano material, entre las leyes terrenales a las que los fariseos estaban subyugados, era prácticamente imposible que un hijo fuera el Señor de su padre. Esas cosas no eran bien vistas ni aceptadas por el régimen patriarcal en que ellos vivían. Por todas esas cosas se les imposibilitaba ver una respuesta que no fuera la que ellos tenían preconcebida. Aquel día dejaron de hacerle preguntas a Jesús, porque no entendían nada de lo espiritual. Si hubieran tenido conocimiento de las cosas del Espíritu habrían sabido la respuesta y sobre todo habrían querido aprender más de todo lo que Jesús les enseñaba como una muestra de su misericordia. Lo espiritual no es igual a lo material.
Hoy en día existen personas tan encerradas en lo material como aquellos fariseos lo estaban, cristianos adeptos a diferentes sectas y doctrinas del mundo material, seguidores de diferentes denominaciones, que ponen en sus mentes la convicción de que aquellos quienes no pertenecen a la denominación de ellos no encontrarán la salvación, y defienden el nombre de sus iglesias hasta con sus propias vidas. Ellos piensan que la doctrina de hombres es igual al alimento espiritual que Cristo nos da por su gracia, sólo porque bautizaron un edificio con un nombre y pretenden diferenciar sus cultos como una manera de mantenerse alejados y separados de aquellos que están, según su propia doctrina, errados en el camino. Pretenden obviar la única verdad: que el Espíritu es uno solo y por lo tanto todos los cristianos somos miembros de un solo cuerpo espiritual que es el cuerpo de Cristo.
En el plano físico el Cristo tenía que ser de la descendencia de David, de la tribu de Judá. En el plano espiritual el Cristo es Señor de David como lo es de toda la humanidad. Es Señor de señores y Rey de reyes. Existen muchas iglesias con diversas doctrinas y diferentes denominaciones, pero esas son cosas del plano material. En el plano espiritual hay una sola iglesia, la iglesia que representa el cuerpo de Cristo, Salvador y Redentor del mundo, quien venció a los principados de maldad y les arrebató el poder que tenían sobre la humanidad. Esa es la verdadera iglesia, la única real e importante, y en esa iglesia somos todos miembros del mismo cuerpo espiritual. El que tenga cerebro para entender que entienda.

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