Algunas personas ven los relatos bíblicos como si fueran fábulas
fantásticas que el hombre inventó: unos lo hacen por incredulidad, otros por
temor a que todo sea verdad y deban reconocer lo lejos que están de obedecer
los designios del Creador, otros porque no les interesa y muchos otros por
simple ignorancia, por no poseer la capacidad mental para escudriñar y entender
las escrituras. Dentro de este contexto también están los aprovechados que se
escudan en la Biblia para satisfacer sus propios intereses: son mercaderes de
la fe que utilizan la ignorancia del pueblo para vender a los ingenuos e
ignorantes feligreses una verdad que jamás podrán comprender por ellos mismos a
menos que hagan lo que dice la palabra de Dios… “¡Escudriñad las escrituras!”.
Otros mercaderes de humanos utilizan la ignorancia o hasta la propia Biblia
para intimidar a los hombres y hacerles creer que son menos que nada y por consiguiente
no merecen verse a sí mismos como personas de valor merecedores de todo lo
mejor que este mundo físico y el mundo espiritual les quiere regalar. A ti que
estás leyendo y estás comprendiendo lo que te digo en este escrito, a ti te
digo: a nosotros nos toca la tarea de educar al pueblo para que ellos mismos
tengan un criterio que les permita encontrar el camino a la liberación. Si te conformas
con interpretar las escrituras a tu manera y no contribuyes a que el pueblo las
entienda y las analice desde la óptica de cada cual, entonces estarás haciendo
lo mismo que hacían los fariseos, mercaderes de la fe, lo mismo que hacen los
fariseos religiosos de todo tipo de secta o denominación religiosa que sólo
está interesada en manipular al pueblo para aprovecharse de su ignorancia. Si
crees que vas bien, sigue ese camino.
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