Aquel que anhele ser grande en el Reino de Dios ha de servir a sus hermanos aquí en la Tierra.
A menudo todo lo que hace falta es saber escuchar lo que Dios nos está diciendo, abrir nuestros corazones y sentir cuál es el camino correcto, el que más nos conviene, el que Dios ha diseñado para nosotros. Pero si nos empecinamos en hacer lo que queremos y no lo que nos conviene, como ocurre con frecuencia al ser humano, posiblemente no estemos tomando la mejor decisión. Eso le ocurrió a Balaam cuando la gente de Moab fue a pedirle que maldiga a Israel y él quiso consultar a Dios una y otra vez sobre ese tema a pesar de que desde el principio el Señor le dijo que Israel era un pueblo bendito (Números, capt. 22). Debemos aprender a escuchar al Creador.
Si eres de los que ves gigantes por doquier y el futuro te llena de miedo, te invito a que veas la realidad de las cosas: tu mejor herramienta es la confianza en el Señor Todopoderoso, lo segundo es que pensar en forma relajada y positiva te ayudará a ver todo con más claridad, y tercero, la humanidad necesita que seamos valientes para seguir derrotando a todos los enemigos que encontraremos en el camino. ¡Esfuérzate y sé valiente! ¡Dios está contigo!