Hay gente que donde quiera que va o quiere ir lo primero que ve son las adversidades que él o ella cree que enfrentará. Puede sonar ilógico y algo absurdo, pero es la realidad de mucha gente que vive bajo el temor de la derrota, y de ese modo determina que siempre habrá de ser un perdedor o una perdedora. Las causas por la que esto ocurre son múltiples y variadas: pueden haber aprendido de sus padres ese comportamiento derrotista, quizás la gente con quien se codea diariamente influye para que así sea, probablemente esa persona ha tenido una o dos derrotas en la vida y teme seguir siendo derrotado, y en el peor de los casos el sujeto tiene muy baja autoestima y se cree bueno para nada. En ocasiones la persona derrotista tiene todo a su favor y pretende ignorarlo. Es lo mismo que le pasó a los israelitas cuando llegaron a la tierra prometida y enviaron 12 espías a explorarla, regresando estos con presagios pesimistas y llenos de pavor ante lo que vieron. Solamente dos de ellos llamados Caleb y Josué intentaron convencer al pueblo de que ellos podían vencer a la gente de aquella tierra. (Números capítulos 13 y 14). Tuvieron que rodar por el desierto 40 años por miedo a unos supuestos gigantes que vieron sus espías.
Si eres de los que ves gigantes por doquier y el futuro te llena de miedo, te invito a que veas la realidad de las cosas: tu mejor herramienta es la confianza en el Señor Todopoderoso, lo segundo es que pensar en forma relajada y positiva te ayudará a ver todo con más claridad, y tercero, la humanidad necesita que seamos valientes para seguir derrotando a todos los enemigos que encontraremos en el camino. ¡Esfuérzate y sé valiente! ¡Dios está contigo!
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