domingo, 15 de noviembre de 2020

Lo que Dios ha bendecido.


La comprensión finita del ser humano no alcanza a descifrar el misterio divino de la creación, la ciencia descarta siquiera incursionar en tal comprensión pues su método es inútil para verificar algo que sobrepasa  ilimitadamente sus más altos preceptos y enunciados. Es el amor de Dios, su bendición, su gracia y misericordia. En las escrituras vemos ejemplos palpables de lo que sucede hoy en día con respecto a gente que siendo  testigos de la magnificencia de Dios carece de entendimiento debido a la obnubilación de sus pensamientos. En el capítulo 23 del libro de Números podemos leer como Balac, rey de Moab, pidió incesantemente al adivino  Balaam que maldijera a Israel, pero este sólo pudo bendecirlo una y otra vez, incluso muy a su propio pesar, ya que la ambición de este último habría querido congraciarse con Balac. Así vive la gente hoy en día, queriendo maldecir lo que Dios ha bendecido… ¡Tontos e inútiles sois! ¿Qué no son capaces de asimilar que jamás podrán maldecir lo que Dios ha bendecido! ¿Por qué permiten que la envidia os corroa! Esto es sencillo… el pueblo bendecido de Dios seguirá creciendo y reflejando en su andar la infinita bendición del Creador. No porque lo merezcan, no por haberlo ganado, esto es así porque así el Todopoderoso lo ha decidido…  nadie puede maldecir lo que Dios ha bendecido.

 

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