miércoles, 2 de diciembre de 2020

Bendición o maldición… tú eliges.

Sé de personas que vive tranquila y feliz con lo que tiene, que agradece la oportunidad de ver un día nuevo, de servir a los demás, de ser instrumento de paz y armonía… de sentirse pleno. Por otro lado, escucho a gente quejarse de su suerte, declarar que la vida es sufrimiento y dolor, contaminar de amargura todo lo que le rodea. Y yo os digo: ambos tipos de personas habitan en el mismo ambiente, en la misma tierra y aun en la misma ciudad, sólo que cada cual ha decidido en qué creer, a cual Dios servir, a qué dedicará el tiempo de su vida. Servir a Dios es confiar en sus caminos y seguirlos como siguen los niños inocentes a sus padres, sin pensar en desviarse ni a la derecha ni a la izquierda… ese es un camino de bendición. Cualquier otro camino que separe tu corazón del Creador también te separa de su bendición…es tu propia decisión. ¡Tú eliges!


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