martes, 1 de diciembre de 2020

La victoria proviene de Dios.

Si algún lugar crees haber alcanzado en esta vida debes sentirte agradecido porque Dios así lo ha querido: Él es quien dicta las pautas y concede el premio a quien decide otorgárselo, porque ¿con cuáles fuerzas humanas puede el hombre contravenir los designios del Creador? Tantas metas ha propuesto el hombre sin poderlas lograr: a estas alturas el hombre suponía que podría viajar a su antojo por el universo y todavía no ha podido siquiera conocer por entero el Sistema Solar donde habitamos; que seríamos capaces de vencer las enfermedades y todavía no podemos curar una simple gripe; que dominarían el mundo de las comunicaciones y hoy en día ni siquiera el hombre puede comunicarse efectivamente con su propio hijo, con su pareja, su hermano o con sus pares… y somos tan distintos aunque somos tan iguales. La humanidad alcanzará las metas grandes y pequeñas de la vida cuando reconozca abiertamente que existe un Creador que ha dispuesto las cosas para que la victoria llegue a los que lo buscan de corazón… con un corazón limpio y sincero.


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