sábado, 23 de noviembre de 2013

Colosenses 4: versos 1 al 18.

4 Amos, haced lo que es justo y equitativo con vuestros siervos, sabiendo que también vosotros tenéis un amo en los cielos.

La oración y el testimonio personal


2 Perseverad siempre en la oración, vigilando en ella con acción de gracias. 3 A la vez, orad también por nosotros, a fin de que el Señor nos abra una puerta para la palabra, para comunicar el misterio de Cristo, por lo cual estoy aún preso. 4 Orad para que yo lo presente con claridad, como me es preciso hablar.

5 Andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo. 6 Vuestra palabra sea siempre agradable, sazonada con sal, para que sepáis cómo os conviene responder a cada uno.

La misión de Tíquico y Onésimo


7 Todos mis asuntos os los hará saber Tíquico, hermano amado, fiel ministro y consiervo en el Señor. 8 Le envío a vosotros con este fin: para que conozcáis nuestros asuntos y para que él anime vuestros corazones. 9 Le envío con Onésimo, el fiel y amado hermano, quien es uno de vosotros. Ellos os informarán de todo lo que pasa aquí.

Saludos finales


10 Os saludan Aristarco, prisionero conmigo; Marcos, el primo de Bernabé (ya habéis recibido instrucciones acerca de él; si va a vosotros, recibidle) 11 y Jesús, llamado Justo. Ellos son los únicos de la circuncisión que son colaboradores conmigo en el reino de Dios y que me han servido de consuelo. 12 Os saluda Epafras, quien es uno de vosotros, siervo de Cristo siempre solícito por vosotros en oración, para que estéis firmes como hombres maduros y completamente entregados a toda la voluntad de Dios. 13 Porque doy testimonio de él, de que tiene gran celo por vosotros, por los de Laodicea y por los de Hierápolis. 14 Os saludan Lucas, el médico amado, y Demas.

15 Saludad a los hermanos que están en Laodicea: a Ninfa y a la iglesia que está en su casa. 16 Cuando esta carta haya sido leída entre vosotros, haced que se lea también en la iglesia de los laodicenses; y la de Laodicea leedla también vosotros.

17 Decid a Arquipo: "Cuida el ministerio que has recibido del Señor, para que lo cumplas."

18 Ahora, la salutación de mi propia mano, de Pablo. Acordaos de mis prisiones. La gracia sea con vosotros.


Reina-Valera Actualizada, 1989.

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