sábado, 9 de noviembre de 2013

Santiago 4: versos 1 al 17.

Contra la amistad con el mundo


4 ¿De dónde vienen las guerras y de dónde los pleitos entre vosotros? ¿No surgen de vuestras mismas pasiones que combaten en vuestros miembros? 2 Codiciáis y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, pero no podéis obtener. Combatís y hacéis guerra. No tenéis, porque no pedís. 3 Pedís, y no recibís; porque pedís mal, para gastarlo en vuestros placeres. 4 ¡Gente adúltera! ¿No sabéis que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Por tanto, cualquiera que quiere ser amigo del mundo se constituye enemigo de Dios. 5 ¿O suponéis que en vano dice la Escritura: El Espíritu que él hizo morar en nosotros nos anhela celosamente? 6 Pero él da mayor gracia. Por eso dice: Dios resiste a los soberbios, pero da gracia a los humildes.

7 Someteos, pues, a Dios. Resistid al diablo, y él huirá de vosotros. 8 Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Limpiad vuestras manos, pecadores; y purificad vuestros corazones, vosotros de doble ánimo. 9 Afligíos, lamentad y llorad. Vuestra risa se convierta en llanto, y vuestro gozo en tristeza. 10 Humillaos delante del Señor, y él os exaltará.

Contra el juzgar al hermano


11 Hermanos, no habléis mal los unos de los otros. El que habla mal de su hermano o juzga a su hermano habla mal de la ley y juzga a la ley. Y si tú juzgas a la ley, entonces no eres hacedor de la ley, sino juez. 12 Hay un solo Dador de la ley y Juez, quien es poderoso para salvar y destruir. Pero ¿quién eres tú que juzgas a tu prójimo?

Contra la jactancia


13 ¡Vamos pues ahora los que decís: "Hoy o mañana iremos a tal ciudad, estaremos allá un año y haremos negocios y ganaremos"! 14 Vosotros, los que no sabéis lo que será mañana, ¿qué es vuestra vida? Porque sois un vapor que aparece por un poco de tiempo y luego se desvanece. 15 Más bien, deberíais decir: "Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello." 16 Pero ahora os jactáis en vuestra soberbia. Toda jactancia de esta clase es mala. 17 Por tanto, al que sabe hacer lo bueno y no lo hace, eso le es pecado.

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