"He aquí,
yo os envío como a ovejas en medio de lobos. Sed, pues, astutos como serpientes
y sencillos como palomas” (Mateo 10:16).
Esa instrucción
les dio el Señor Jesús a sus discípulos cuando los mandó a destruir al enemigo
en el campo de batalla mediante la
predicación de las Buenas Nuevas. La batalla espiritual que libramos los
soldados de Cristo es mucho más avanzada que cualquier guerra convencional que
se viva en el plano material. Ser ovejas en medio de lobos significa que no
estamos llamados a atacar al enemigo por nuestras propias armas sino que
debemos confiar en nuestro pastor que es Cristo, pero al mismo tiempo tener
claro que nuestros enemigos, los miembros del ejército del mal, sí nos atacarán
cada vez que puedan, tal y como los lobos asechan y atacan al rebaño de ovejas.
Un buen pastor siempre cuida su rebaño y no permite que los lobos dañen o
lastimen a sus ovejas, así mismo Cristo nunca permite que el enemigo dañe a sus
soldados. Para que esto suceda, es imprescindible que conservemos una estrecha
relación con las enseñanzas del Creador, en ellas está la clave para salir
airosos en esta contienda, porque nos han enviado a lidiar con lobos y el
asegurarnos que estamos dentro del rebaño de nuestro pastor Jesucristo nos
garantiza que los ataques del maligno no nos dañarán. Estarán presentes a nuestro
alrededor pero no conseguirán su objetivo gracias a la protección que Dios nos proporciona
por ser sus obreros, por trabajar en su obra. Los lobos asechan y esperan el
momento que ellos consideran conveniente para atacar, pero la protección recibida
de nuestro pastor es infalible.
El Señor nos
dice que seamos astutos como serpientes y sencillos como palomas. Y yo os recuerdo
que escudriñar las escrituras es la mejor arma que poseemos para defendernos de
los ataques del maligno. Sí, antes os dije que no estamos llamados a atacar,
porque nuestra misión no es provocar el ataque, pero sí estamos llamados a
defendernos, por algo el Señor nos ha dado su palabra como arma efectiva con la
cual protegernos de los ataques recibidos en el plano espiritual (Efesios
6:17-18). Dios pone en nuestras mentes las cosas que debemos saber, los
razonamientos y conclusiones que necesitamos en cada ocasión, que nos ayudarán
a identificar y entender desde donde nos atacan, y que armas está utilizando el
enemigo para atacarnos y de ese modo poder neutralizar dichos ataques con la
protección que nos otorgó el Creador: su palabra. Algunos encuentran raro que
el Señor nos diga que seamos “astutos como serpientes”, principalmente porque el
diccionario de la Real Academia Española define la palabra astuto como: “hábil
para engañar o evitar el engaño o para lograr artificiosamente cualquier fin”. La
traducción de la Biblia al español se llevó a cabo desde el idioma inglés, la
versión del rey James (King James Version. KJV), pues bien, en esa versión
inglesa dice que Cristo dice a sus discípulos que sean “wise as serpents and
harmless as doves” (listos como serpientes e inofensivos como palomas). La
palabra “wise” es traducida al español como “astuto”, en algunas versiones
bíblicas, en otras es traducida como “prudente”. La variación confunde a
algunos, pero aquí cabe recordar que la Biblia originalmente fue escrita en
arameo y en hebreo antiguo, y por lo tanto el traducir esas antiquísimas
lenguas trae ese tipo de consecuencias. Tal como ocurre, por ejemplo, con la
palabra “wise”. El diccionario Merriam-Webster, en el idioma inglés, la define
como:
“having or showing wisdom or knowledge usually from learning or experiencing
many things”(Que tiene o demuestra sabiduría o conocimiento, usualmente por haber aprendido o tenido experiencia en muchas cosas). Si analizamos dicha definición, vemos que “wise” es un tipo de persona que tiene conocimiento de muchas cosas, no exclusivamente instrucción académica sino más bien experiencia vivida o conocimiento adquirido por diferentes medios. La traducción al español de esta palabra es: sabio, prudente, hábil, sagaz, astuto, etc. Aunque coloquialmente un “wise guy” se entiende como un “chico listo”. Lo que el Señor nos dice es que debemos estar atentos, alertas, despiertos, perceptivos, nunca descuidados. Más aún, profundizando en este verso, entendemos que un buen soldado de Cristo es una combinación de ambas cosas: listos como serpientes e inofensivos como palomas. El ser inofensivos recalca lo antes dicho sobre no estar llamados a atacar. Recordemos que el Señor nos ha ordenado dejar que la cizaña crezca junto con el trigo para que no hagamos daño a los llamados por el Creador que en este instante todavía están juntos a los hijos del maligno en este mundo en que vivimos (Mateo 13:24-30). Por eso la diferencia entre no atacar y sí defendernos al repeler el ataque, porque una vez hemos sido atacados, entonces sí hemos identificado sin duda alguna quien es el enemigo que nos está atacando. Así como los ejércitos terrenales utilizan radares y satélites, entre otras herramientas tecnológicas, para localizar e identificar los puntos desde los cuales ataca el enemigo, así también nosotros debemos estar atentos para que ningún ataque enemigo nos pase desapercibido ni se preste a confusión sino que nos demos cuenta al instante que estamos siendo atacados, la forma en que nos atacan y el punto desde el cual lanzaron ese ataque, entonces procedemos a aniquilar dichos ataques con el arma más efectiva que existe: la Palabra de Dios.
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