miércoles, 8 de enero de 2014

Nahum. Capítulo 2.


Asedio y saqueo de Nínive

2 1 El destructor ha subido contra ti. Guarda el baluarte, observa el camino, cíñete la cintura, esfuérzate mucho. 2 Jehovah restaurará la exuberancia de Jacob como la exuberancia de Israel, aunque los saqueadores los saqueen y estropeen sus ramas. 3 Los escudos de sus valientes están enrojecidos; sus valientes están vestidos de escarlata. En el día de su preparación, sus carros de guerra son como fuego de antorchas, y los jinetes se estremecen. 4 Sus carros se movilizan alocadamente en las calles, y se desplazan de un lado a otro en las plazas. Parecen antorchas; como relámpagos corren de un lado a otro.
5 Se dará aviso a sus valientes, y ellos acudirán atropellándose. Se apresurarán hacia sus muros, y se alistará la cubierta de escudos. 6 Las compuertas de los canales habrán sido abiertas, y el palacio quedará arrasado. 7 La reina será sacada y llevada en cautividad. Sus criadas gemirán como palomas y se golpearán el pecho.
8 Nínive ha sido, desde tiempos antiguos, como un estanque de aguas; pero ahora éstas huyen. "¡Deteneos, deteneos!" Pero nadie vuelve atrás.
9 ¡Saquead la plata, saquead el oro! ¡No tienen límites la calidad y el peso de todos los objetos preciosos! 10 ¡Desolación, devastación y destrucción! Los corazones desfallecen, las rodillas tiemblan, los lomos se estremecen; las caras de todos palidecen.
11 ¿Dónde está, pues, la guarida de los leones y la cueva de los leoncillos, donde se cobijaban el león, la leona y los cachorros, sin que hubiera quien los atemorizara? 12 El león destrozaba para sus cachorros y estrangulaba para sus leonas. Llenaba de presa sus cavernas; y su guarida, de rapiña.
13 "He aquí que yo estoy contra ti, dice Jehovah de los Ejércitos. Encenderé y reduciré a humo tus carros, y la espada devorará a tus leoncillos. Raeré tu presa de la tierra, y nunca más se volverá a escuchar la voz de tus mensajeros."

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