jueves, 16 de enero de 2014

Oseas. Capítulo 8.

Israel castigado con cautiverio 8 "¡Lleva la corneta a tus labios! ¡Viene como un águila contra la casa de Jehovah! Porque quebrantaron mi pacto y se rebelaron contra mi ley. 2 Israel clamará a mí: ’¡Dios mío, te conocemos!’ 3 "Israel ha rechazado el bien; el enemigo lo perseguirá. 4 Ellos establecieron reyes, pero no de parte mía. Constituyeron gobernantes, pero yo no tuve parte en ello. Con su plata y su oro se hicieron ídolos, para su propia destrucción. 5 "¡Oh Samaria, rechaza tu becerro! Mi enojo se encendió contra ellos. ¿Hasta cuándo serán incapaces de lograr purificación, 6 aunque son de Israel? Un escultor lo hizo, y eso no proviene de Dios. Por eso, el becerro de Samaria será hecho pedazos. 7 Porque han sembrado viento, cosecharán torbellino. No tendrás campos por segar, ni la espiga dará harina. Y si la diese, la comerían los extraños. 8 Israel será tragado; pronto ellos serán entre las naciones como un objeto que nadie aprecia. 9 Porque subirán a Asiria; Efraín será un asno montés solitario. "Han comprado amores; 10 pero aunque los compren entre las naciones, ahora los reuniré, y empezarán a menguar bajo la carga de un rey muy poderoso. 11 Porque Efraín multiplicó altares para pecar; para pecado le han sido los altares. 12 Yo escribí para él las grandezas de mi ley, pero han sido tenidas como cosas extrañas. 13 A ellos les gusta ofrecer sacrificios. Sacrifican y comen carne, pero Jehovah no los acepta. Ahora se acordará de su iniquidad y los castigará por sus pecados: ¡Volverán a Egipto! 14 "Israel olvidó a su Hacedor y edificó mansiones, y Judá multiplicó ciudades fortificadas. Pero enviaré fuego a sus ciudades, el cual devorará sus palacios."

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