domingo, 23 de marzo de 2014

Isaías 41.

Jehovah reitera su promesa a Israel 41 "¡Guardad silencio ante mí, oh costas; y renueven fuerzas las naciones! Acérquense y entonces hablen. Acerquémonos juntos para juicio. 2 ¿Quién despertó del oriente al que para justicia convocó ante sus pies? a [ a Otra trad., para victoria al que la victoria llama a sus pies] Entregará delante de él las naciones, de modo que tenga dominio sobre los reyes. Los convertirá en polvo con su espada; y con su arco, en paja arrebatada. 3 Los perseguirá y pasará en paz por una senda donde sus pies nunca habían caminado. 4 ¿Quién ha hecho y realizado esto, llamando a las generaciones desde el principio? Yo Jehovah soy el primero, y yo mismo estoy con los últimos." 5 Las costas han visto y temen. Los confines de la tierra tiemblan; se congregan y acuden. 6 Cada cual ayuda a su compañero y dice a su hermano: "¡Esfuérzate!" 7 El escultor anima al platero, y el que alisa con martillo dice al que golpea en el yunque, con respecto a la soldadura: "¡Está bien!" Luego lo b [ b Es decir, al ídolo que ha de socorrerles] afirma con clavos para que no se tambalee. 8 "Pero tú, oh Israel, eres mi siervo; tú, oh Jacob, a quien escogí, descendencia de Abraham mi amigo. c [ c O: amado] 9 Yo te tomé de los extremos de la tierra, y de sus regiones más remotas te llamé diciéndote: ’Tú eres mi siervo; yo te he escogido y no te he desechado. 10 No temas, porque yo estoy contigo. No tengas miedo, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré, y también te ayudaré. También te sustentaré con la diestra de mi justicia.’ 11 He aquí que todos los que se enardecen contra ti serán avergonzados y afrentados; los que contienden contigo serán como nada, y perecerán. 12 Buscarás a los que contienden contigo, pero no los hallarás más. Aquellos que te hacen la guerra serán como nada, y como algo que no existe. 13 Porque yo, Jehovah, soy tu Dios que te toma fuertemente de tu mano derecha y te dice: ’No temas; yo te ayudo.’ 14 No temas, gusanito de Jacob; vosotros, los poquitos d [ d Otras trads., los piojitos; o, las larvitas] de Israel. Yo soy tu socorro, e [ e Según Peshita y Targum; heb., yo te socorro] dice Jehovah, tu Redentor, el Santo de Israel. 15 He aquí que yo te he puesto como trillo, como rastrillo nuevo lleno de dientes. Trillarás los montes y los harás polvo; y a las colinas dejarás como tamo. 16 Los aventarás, y se los llevará el viento; el torbellino los esparcirá. Pero tú te regocijarás en Jehovah; te gloriarás en el Santo de Israel. 17 "Los pobres y los necesitados buscan agua, y no la hay; su lengua se reseca de sed. Pero yo, Jehovah, les responderé; yo, el Dios de Israel, no los abandonaré. 18 Sobre las cumbres áridas abriré ríos, y manantiales en medio de los valles. Convertiré el desierto en lagunas, y la tierra reseca en fuentes de agua. 19 Haré crecer en el desierto cedros, acacias, mirtos y olivos. Pondré en la región árida f [ f Otra trad., en el Arabá] cipreses, olmos y abetos, g [ g Arbol parecido al pino] 20 para que vean y conozcan; para que juntos reflexionen y entiendan que la mano de Jehovah ha hecho esto, y que el Santo de Israel lo ha creado. Jehovah reta a naciones y dioses 21 "Presentad vuestra causa, dice Jehovah; exponed vuestros argumentos, dice el Rey de Jacob. 22 Que se acerquen y nos anuncien lo que ha de suceder. Declárennos las cosas que han sucedido desde el principio, y prestaremos atención. h [ h Lit., pondremos nuestro corazón] O hacednos oír de las cosas por venir, y sabremos su final. 23 "Decidnos lo que ha de venir después, para que sepamos que vosotros sois dioses. Por lo menos, haced el bien o el mal, para que nosotros tengamos miedo y también temamos. 24 He aquí que vosotros nada sois, y vuestras obras no existen; el que os escoja es una abominación. 25 "Del norte desperté a uno, y vendrá; desde el lugar donde nace el sol, él invocará mi nombre. Y pisoteará i [ i Según Targum; heb., él vendrá] a gobernantes como a lodo, como el alfarero pisa el barro. 26 ¿Quién lo anunció desde el principio, para que lo supiéramos? ¿Quién lo dijo de antemano, para que dijéramos: ’El tenía razón’? Ciertamente no hay quien lo diga, ni quien lo anuncie. Tampoco hay quien oiga vuestras palabras. 27 He aquí que yo fui el primero que declaré estas cosas a Sion, y a Jerusalén le daré un portador de buenas nuevas." 28 Miré, y no había ninguno. Entre ellos no había consejeros a quienes les preguntara para que me dieran respuesta. 29 He aquí que todos son iniquidad, y la obra de ellos nada es. Viento y vanidad son sus imágenes de fundición.

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