lunes, 24 de marzo de 2014

Isaías 32.

Visión de un reinado de justicia 32 He aquí que un rey reinará según la justicia, y los magistrados gobernarán según el derecho. 2 Aquel hombre será como un escondedero contra el viento y como un refugio contra la tempestad. Será como corrientes de aguas en tierra de sequedad, como la sombra de un gran peñasco en una tierra sedienta. a [ a Es decir, agotada por el sol] 3 Entonces no se cerrarán los ojos de los que ven, y los oídos de los que oyen estarán atentos. b [ b Alusión a los profetas como voceros de Dios; comp. 30:10; 42:19] 4 El corazón de los imprudentes entenderá para comprender, y la lengua de los tartamudos hablará con fluidez y claridad. 5 El vil nunca más será llamado generoso; ni noble, el canalla. 6 Porque el vil habla vilezas; su corazón trama c [ c Según Rollos MM; TM, hará] la iniquidad para practicar la impiedad y hablar perversidades contra Jehovah, a fin de dejar vacía al alma hambrienta y privar de bebida al sediento. 7 Pues el canalla tiene recursos de perversidad. El hace planes para enredar a los afligidos con palabras engañosas, aun cuando el pobre hable con derecho. 8 Pero el generoso concebirá acciones generosas, y por las acciones generosas permanecerá. Contra las mujeres indolentes 9 Oh mujeres indolentes, d [ d Comp. Amós 4:1 ss.] levantaos; oíd mi voz. Oh hijas confiadas, escuchad mi palabra: 10 Dentro de poco más de un año os estremeceréis, oh confiadas; porque la vendimia fallará, y la cosecha no vendrá. 11 Temblad, oh indolentes; estremeceos, oh confiadas. Despojaos, desnudaos; ceñid con cilicio e [ e O sea, tela burda en señal de suma tristeza] vuestras caderas. 12 Golpeaos el pecho por los campos agradables, por la vid fecunda. 13 Sobre la tierra de mi pueblo brotarán espinos y cardos, sobre las casas donde hay regocijo en la ciudad alegre. 14 Porque el palacio ha quedado abandonado, y ha cesado el bullicio de la ciudad. La colina y la torre del centinela se han convertido en lugares arrasados para siempre, lugares de retozo para los asnos monteses y prados para los rebaños. Restauración del pueblo de Dios 15 Cuando sobre nosotros sea derramado el Espíritu de lo alto, y el desierto se transforme en un campo fértil, f [ f Otra trad., Carmelo] y el campo fértil g [ g Otra trad., Carmelo] sea considerado bosque, 16 entonces habitará el derecho en el desierto, y la justicia se establecerá en el campo fértil. h [ h Otra trad., Carmelo] 17 El efecto de la justicia será paz; el resultado de la justicia será tranquilidad y seguridad para siempre. 18 Mi pueblo habitará en una morada de paz, en habitaciones seguras y en frescos lugares de reposo. 19 Aunque el bosque caiga por completo, i [ i Según un ms., Peshita y Targum; TM, Aunque caiga granizo cuando el bosque caiga . . .] y la ciudad sea totalmente abatida, 20 dichosos vosotros los que sembráis junto a todas las aguas, los que metéis en los campos los cascos del buey y del asno.

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