miércoles, 26 de marzo de 2014

Isaías 27.

27 1 En aquel día Jehovah castigará con su espada dura, grande y fuerte, al Leviatán, a [ a O: monstruo marino; comp. Job 41:1] la serpiente furtiva, al Leviatán, b [ b O: monstruo marino; comp. Job 41:1] la serpiente tortuosa; y matará también al monstruo que está en el mar. 2 "En aquel día ésta será la viña hermosa. ¡Cantadle! 3 Yo, Jehovah, la guardo. A cada momento la riego; y para que nadie la dañe, de día y de noche la guardo. 4 Ya no hay furor en mí. ¿Quién pondrá contra mí espinos y cardos en batalla? Yo irrumpiré contra ellos y los quemaré a una, 5 salvo que se acoja a mi amparo y haga la paz conmigo. ¡Que conmigo haga la paz!" Jehovah perdona y recoge a su pueblo 6 Vendrá el día en que Jacob echará raíces; Israel echará botones y dará flores. Y llenarán la superficie del mundo con su fruto. 7 ¿Acaso le ha herido a la manera del que lo hirió? ¿Acaso ha sido muerto a la manera de los que lo mataron? c [ c Según Rollos MM; TM, a la manera de sus muertos] 8 Con expulsión, d [ d Otra trad., Medida por medida . . .] enviándola lejos, tú contendiste contra ella. Tú la apartaste con tu e [ e Otra trad., El la aparte con su recio] recio viento en el día del solano. 9 De esta manera, será perdonada la iniquidad de Jacob, y esto eliminará su pecado: que él ponga todas las piedras del altar como piedras de cal desmenuzadas, f [ f Otra trad., De esta manera habría sido expiada la culpa de Jacob, y esto habría quitado su culpa: convertir todas las piedras del altar en piedras de cal pulverizadas.] de modo que no vuelvan a levantar árboles rituales de Asera g [ g Diosa cananea cuyo símbolo era un árbol] ni altares de incienso. 10 Ciertamente la ciudad fortificada ha quedado solitaria; la morada, abandonada y dejada como un desierto. Allí pasta el becerro; allí se recuesta y consume sus ramas. 11 Cuando sus ramas se secan, son quebradas; luego las mujeres vienen y las hacen arder. Porque éste es un pueblo sin entendimiento. Por tanto, su Hacedor no tendrá de él misericordia; el que lo formó no se compadecerá. 12 Pero sucederá en aquel día que Jehovah golpeará con vara, desde la corriente del Río h [ h Es decir, el Eufrates] hasta el arroyo de Egipto. Y vosotros, oh hijos de Israel, seréis recogidos uno por uno. 13 Sucederá en aquel día que se tocará una gran corneta, y vendrán los que habían estado perdidos en la tierra de Asiria y los que habían sido desterrados en la tierra de Egipto. Entonces adorarán a Jehovah en el monte santo, en Jerusalén.

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