viernes, 28 de marzo de 2014

Cantares 7.

7 1 ¡Qué bien lucen tus pies con las sandalias, oh hija de nobles!
Los contornos de tus muslos son como joyas, obra de las manos de un artista.
2 Tu ombligo es como una copa redonda a la que no le falta el vino aromático.
Tu vientre es como un montón de trigo rodeado de lirios.
3 Tus dos pechos son como dos venaditos, mellizos de gacela.
4 Tu cuello es como torre de marfil.
Tus ojos son como los estanques en Hesbón, en la puerta de Bat-rabim.
Tu nariz es como la torre del Líbano, que mira hacia Damasco.
5 Tu cabeza es como el Carmelo,
y tu cabellera es como púrpura real aprisionada en trenzas.

6 ¡Qué bella y dulce eres,
oh amor deleitoso!
7 Tu talle es como una palmera,
y tus pechos como racimos de dátiles.
8 Pensé: "¡Subiré a la palmera
y me prenderé de sus racimos!"

¡Sean tus pechos como racimos de uvas,
y la fragancia de tu boca como de manzanas!
9 Tu paladar es como el buen vino que corre suavemente hacia el amado
y fluye por los labios de los que se duermen.
La amada

10 ¡Yo soy de mi amado,
y él me desea con ardor!

11 Ven, oh amado mío, vayamos al campo.
Alojémonos en las aldeas;
12 madruguemos para ir a las viñas.
Veamos si han florecido las vides,
si se han abierto sus botones,
o si han brotado los granados.
¡Allí te daré mi amor!

13 Las mandrágoras ya despiden su fragancia,
y a nuestras puertas hay toda clase de frutas selectas:
tanto frescas como secas que he guardado para ti, oh amado mío.

No hay comentarios:

Publicar un comentario