Aquel que anhele ser grande en el Reino de Dios ha de servir a sus hermanos aquí en la Tierra.
domingo, 23 de marzo de 2014
Isaías 50.
Exhortación a ser fiel a Jehovah
50 Así ha dicho Jehovah: "¿Dónde está la carta de divorcio de vuestra madre, con la cual yo la he repudiado? ¿O cuál de mis acreedores es aquel a quien os he vendido? a [ a Comp. Exo. 21:7 ss.] He aquí que por vuestras maldades fuisteis vendidos, y por vuestras rebeliones vuestra madre fue repudiada.
2 "¿Por qué vine, y nadie apareció? ¿Por qué llamé, y nadie respondió? ¿Acaso es demasiado corto mi brazo b [ b Lit., mano] que no pueda rescatar? ¿Acaso no hay en mí fuerzas para librar? He aquí que con mi reprensión haré que el mar se seque; convertiré los ríos en desierto hasta que se pudran sus peces y se mueran de sed por falta de agua. 3 Yo vestiré de oscuridad los cielos, y les pondré cilicio c [ c O sea, tela burda en señal de suma tristeza] como cobertura."
4 El Señor Jehovah me ha dado una lengua adiestrada para saber responder palabra al cansado. Me despierta cada mañana; cada mañana despierta mi oído para que yo escuche, como los que son adiestrados. 5 El Señor Jehovah me abrió el oído, y no fui rebelde ni me volví atrás. 6 Entregué mis espaldas a los que me golpeaban, y mis mejillas a los que me arrancaban la barba. No escondí mi cara de las afrentas ni de los esputos. 7 Porque el Señor Jehovah me ayuda, no he sido confundido. Por eso puse mi rostro firme como un pedernal y sé que no seré avergonzado.
8 Cercano está a mí el que me justifica. ¿Quién contenderá conmigo? Comparezcamos juntos. ¿Quién es el adversario de mi causa? Acérquese a mí. 9 He aquí que el Señor Jehovah me ayudará; ¿quién me podrá condenar? He aquí que todos ellos se envejecerán como un vestido, y se los comerá la polilla.
10 ¿Quién entre vosotros teme a Jehovah y escucha la voz de su siervo? El que anda en tinieblas y carece de luz, confíe en el nombre de Jehovah y apóyese en su Dios. 11 Pero he aquí que todos vosotros encendéis el fuego y prendéis d [ d Según Peshita; comp. LXX y Vulgata; heb., tomáis] las antorchas. ¡Andad a la luz de vuestro propio fuego, y de las antorchas que habéis encendido! De mi mano os vendrá esto: ¡Acabaréis por yacer en el lugar del tormento!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario