5 1
He venido a mi huerto,
oh hermana y novia
mía.
He recogido mi mirra
y mi perfume.
He comido mi panal y
mi miel;
he bebido mi vino y
mi leche.
¡Comed, oh amigos!
¡Bebed, oh amados!
¡Bebed en abundancia!
La amada
2 Yo dormía, pero mi corazón estaba despierto,
y oí a mi amado que
tocaba a la puerta y llamaba:
"Abreme, hermana
mía, amada mía,
paloma mía, perfecta
mía;
porque mi cabeza está
llena de rocío
y mis cabellos están
mojados
con las gotas de la
noche."
3 Ya me había desvestido;
¿cómo me iba a volver
a vestir?
Había lavado mis
pies;
¿cómo iba a volverlos
a ensuciar?
4 Mi amado metió su mano
por el agujero de la
puerta,
y mi corazón se
conmovió a causa de él.
5 Entonces me levanté
para abrir a mi
amado,
y mis manos gotearon
perfume de mirra.
Mis dedos gotearon
mirra
sobre la manecilla
del cerrojo.
6 Abrí a mi amado,
pero mi amado se
había ido;
había desaparecido.
Se me salía el alma,
cuando él hablaba.
Lo busqué, pero no lo
hallé;
lo llamé, pero no me
respondió.
7 Me encontraron los guardias
que rondan la ciudad;
me golpearon y me
hirieron.
Me despojaron de mi
manto
los guardias de las
murallas.
8 Juradme, oh hijas de Jerusalén,
que si halláis a mi
amado,
le diréis que estoy
enferma de amor.
El cortejo nupcial
9 ¿Qué tiene tu amado
que no tenga
cualquier otro amado,
oh la más hermosa
de todas las mujeres?
¿Qué tiene tu amado
más que cualquier
otro amado,
para que nos hagas
jurar así?
La amada
10 Mi amado es blanco y sonrosado;
sobresale entre diez
mil.
11 Su cabeza es oro fino.
Sus cabellos son
ondulados, negros como el cuervo.
12 Sus ojos son como palomas junto a los arroyos de
aguas, bañados en leche y sentados sobre engastes.
13 Sus mejillas son como almácigos de especias
aromáticas, que exhalan perfumes.
Sus labios son como
lirios que despiden penetrante aroma.
14 Sus manos son como barras de oro engastadas con
crisólitos.
Su vientre es como
una plancha de marfil, recubierta con zafiros.
15 Sus piernas son como columnas de mármol cimentadas
sobre bases de oro.
Su figura es como el
Líbano, escogido como los cedros.
16 Su paladar es dulcísimo;
¡todo él es deseable!
Así es mi amado y así
es mi amigo,
oh hijas de Jerusalén.
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